Prueba realizada por Gaby Esono



Frente a las hordas de SUVs familiares que pueblan los listados de precios de las revistas de coches, Land Rover no ha dudado en mantener intacta su filosofía en sus modelos grandes (el Freelander y el Range Rover Evoque son sus únicas concesiones a un mercado ávido de modelos de aspecto campero), a los que dota de sus correspondientes sistemas de tracción total, más o menos sofisticados o robustos, según convenga, su irrenunciable reductora y sus bloqueos de diferencial (o, en su defecto, un electrónico y efectivo sucedáneo).
![]() |
![]() |
![]() |
Por lo tanto, simplemente leyendo la ficha de características técnicas ya sabes que el Land Rover Discovery 4 es un todoterreno auténtico, de los que llegada la hora de la verdad van dejando quedando atrás los demandados BMW X5, Volkswagen Touareg o Mercedes-Benz ML (en estos dos últimos, al menos, la marca te da la opción de montar un paquete “off-road” que los equipara al 4×4 británico). Pero entonces, ¿no hay nada más donde elegir? Claro que sí. Si eres de los que van en serio, es necesario echar un ojo al Jeep Grand Cherokee, un modelo cuya distribución se ha visto reforzada gracias a la unión de la marca al Grupo Fiat, pero sin olvidar a otros habituales del segmento de los 4×4 que admiten un uso familiar, como son el Toyota Land Cruiser (otro ilustrísimo veterano) y el Mitsubishi Montero.
![]() |
![]() |
![]() |
Si has leído la prueba del Range Rover Sport que publicamos en su día, podrías caer en la tentación de pasar de largo en este apartado en el que te voy a hablar del motor y del cambio del Discovery. No te lo recomiendo.

De ese modo, de un día para otro este motor turbodiésel common-rail 3.0 SDV6 con sistema de turbocompresores secuenciales paralelos subía un peldaño más respecto los bloques V6 que tan buenas impresiones me causaron en el Volkswagen Touareg 3.0 TDI (245 CV y 550 Nm) y en el Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD (su motor de VM Motori promete 241 CV y 550 Nm).



¿Se podría decir lo mismo si no contara con el nuevo cambio automático ZF 8HP70? Pues probablemente sí. Pero oye, conseguirlo con el refinamiento del que hace alarde esta transmisión ya lo veo más complicado. Y es que, aunque el anterior de 6 relaciones que probamos en el Range Rover Sport no iba nada mal, éste va mucho mejor.

Los 11,4 l/100 km que gastó durante nuestra prueba apenas rebajan en 0,3 l/100 km los del Range Rover Sport. Lo digo siempre, nuestros registros no tienen nada de científicos, pero cuando varios rivales nos dejan unos valores que están siempre por debajo de los 10 l/100 km, creo que en este sentido Land Rover todavía tiene bastante margen de mejora.
[/tab] [tab name=’Comportamiento’]
El dilema con el que me encuentro cada vez que escribo una prueba de un todoterreno “de verdad” es en qué me centro. ¿Hablo de su comportamiento en carretera, que al fin y al cabo es donde la mayoría van a usarlo prácticamente en exclusiva, o me recreo en su capacidad trialera? Intentaré con un poco de cada uno.

Cuando estás en carretera, esta configuración condiciona sin remedio el comportamiento. Las inclinaciones de la carrocería son una constante que se incrementa de forma notable a medida que subimos el ritmo porque la suspensión neumática de serie, tremendamente suave, aísla a la perfección las irregularidades (en línea recta es como si condujeras una berlina de gran lujo), pero en cuanto llega la 




[/tab] [tab name=’Interior’]
Para aquellos que no se han subido en un Land Rover Defender en el último medio siglo os pondré en antecedentes: es espartano a más no poder. Por eso, cuando Land Rover se propuso crear un coche más “amable”, parece que prefirió mirar hacia la lujosa referencia del Range que partir de la rústica y militar modestia de su modelo más icónico.

El diseño general mantiene una estética que se podría intercambiar con la de los Range Rover, lo mismo que la calidad de ajustes y materiales, que combinan con buen gusto el tacto blando de los paneles (algunos tapizados en piel, por 1.195 euros) con ciertos detalles de madera e infinidad de inserciones de aluminio. La presencia, desde luego, es de auténtico coche de lujo, y ni siquiera una sonoridad un punto por encima de lo deseable empaña el buen ambiente general.
![]() |
![]() |
![]() |
Esto se aplica también a los asientos de piel de serie en esta versión, o más bien butacones, que uno bien podría llevarse al salón de su casa, aunque todo lo que tienen de cómodos lo pierden de sujeción lateral. Detrás este detalle no es tan relevante, y sí que se cuenta con tres auténticas plazas, con prácticamente el mismo buen tratamiento para todos sus ocupantes, bien sean niños que has ido a recoger al colegio o bien colegas que te llevas de cachondeo, que se encontrarán a sus anchas en todas las cotas.
Opcionalmente, se pueden solicitar dos asientos más (1.789 euros), que son plenamente utilizables una vez has conseguido acceder a ellos. Igual que los de la segunda fila, se pueden ocultar con sencillez y sin esfuerzo, a pesar de que hacen falta dos o tres movimientos para cada uno de los cinco asientos posteriores. La superficie resultante, sean dos o cinco los asientos ocultos, es completamente diáfana, aunque su elegante y claro tapizado beis no es que invite precisamente a cargarlo de sacos de arena. Y, hablando de cargar, imagino que en las encuestas que hayan pasado a sus potenciales clientes les habrán preguntado qué preferían: portón entero para acceder al maletero o luneta y portezuela por separado. Igual la mayoría de la gente carga escopetas para ir a la caza del zorro, en cuyo caso esta opción última es ideal. Pero para quienes acostumbren a llevar maletas, resulta más bien incómodo tener que abrir una primero y la otra después.
![]() |
![]() |
![]() |
[/tab] [tab name=’Conclusión’]
El Land Rover Discovery 4 no es un coche perfecto. En carretera, su elevada masa y altura condicionan el comportamiento y obligan sí o sí a mantener las formas. Si no lo haces tú, la electrónica se encargará de ello antes de que la física y las inclinaciones de la carrocería dicten sentencia.

Y, por si acaso, todavía se puede hacer más eficaz con un bloqueo activo del diferencial trasero, disponible por 972 euros.
Los 67.650 euros que Land Rover pide por el Discovery 4 SDV6 con el acabado HSE lo sitúan en lo más alto de su gama, pero no son un exceso en comparación con otros grandes trepadores como el Jeep Grand Cherokee o el Toyota Land Cruiser.

[/tab]
[end_tabset]


















