Prueba realizada por Gaby Esono
Estoy seguro de que muchos conductores, entre los que me incluía, a la hora de pensar en una compra tendían a descartar los monovolúmenes por su comportamiento dinámico. Su tamaño, altura y pretensiones hacen que la mayoría de fabricantes den por perdida la batalla de la eficacia en curva y apuesten todo a la comodidad.

En esta segunda generación, producida en la planta de Ford en Almussafes, Valencia, el Ford S-Max 2015 repite gran parte del planteamiento del modelo original, es decir, que una carrocería familiar de siete plazas del segmento D fuera capaz de satisfacer tanto enormes necesidades de espacio como la inquietud de sentirse conductor a quien se siente frente al volante.

Por otra parte, también con esta mayor sensación de calidad general de sus productos, Ford ha desarrollado para el S-Max 2015 toda una serie de equipamientos de seguridad y confort poco comunes en su segmento, especialmente entre las marcas generalistas, lo que representa un importante salto adelante respecto a sus rivales.
[/tab] [tab name=’Cuestión de aplomo’]La sensación al conducir el nuevo Ford S-Max es de que va más aposentado sobre la carretera. La diferencia es sutil, pero suficiente para notar, una vez más, que el objetivo ha sido dulcificar los modales de este modelo que, no conviene olvidar, mide 4.796 mm de largo (28 mm más que la primera generación), 1.916 mm de ancho (34 mm mayor) y los mismos 1.658 mm de alto (1.655 mm las versiones con 7 plazas).


La familia EcoBoost de propulsores ha supuesto un antes y un después en la imagen de Ford como fabricante de motores eficientes, y el Ford S-Max se aprovecha de tal circunstancia.
[youtube]https://youtu.be/mHKojpu66So[/youtube]La gama del monovolumen se estructura alrededor de dos de estos motores de gasolina, el 1.5 EcoBoost de 160 CV (con cambio manual de 6 velocidades) y el 2.0 EcoBoost de 240 CV (con cambio automático de 6 marchas de serie), más el turbodiésel 2.0 TDCi, presentado con cuatro niveles de potencia: 120 CV (manual), 150 CV (manual o automático Powershift de doble embrague), 180 CV (manual o automático Powershift) y el de 210 CV con sistema biturbo y cambio Powershift de serie. Los TDCi de 150 CV y 180 CV, además, se pueden solicitar con tracción total inteligente combinada siempre con caja de cambios manual.
La unidad que tuve ocasión de probar el diésel de 150 CV manual, el mínimo más razonable. No es, claro está, una mecánica con la que uno pueda esperar grandes prestaciones, pero con apenas carga sí permitía un cierto nivel dinámico o, dicho de otro modo, debería ser capaz de mover con relativa soltura al Ford S-Max cuando lo usamos para lo que está pensado, ir cargado con toda la familia a bordo.
[/tab] [tab name=’Viaje tecnológico’]Viajar con un nuevo Ford S-Max bien equipado supone dar un salto exponencial en lo que a equipamiento tecnológico se refiere.

También se ha evolucionado el sistema de ayuda al estacionamiento, que aparca el coche en perpendicular o lo saca de la plaza en paralelo, entre otros.
[youtube]https://youtu.be/F3qmtEGGlOo[/youtube]El Sync2, segunda generación del dispositivo de conectividad de Ford que ya me explicaron durante la prueba del nuevo Ford Mondeo, también es protagonista en el mejorado interior del S-Max.
Este familiar ya contaba antes con uno de los mejores sistemas de plegado de los asientos, pasando en cuestión de segundos de ser un 5 o 7 plazas (las dos últimas son opcionales, pero más aprovechables que antes) a contar con una superficie de carga completamente diáfana y aprovechable.
[youtube]https://youtu.be/c3bojaXACac[/youtube]La marca anuncia una capacidad que va de los 285 litros en el 7 plazas (la misma que el anterior, pero cuentan cargando el maletero hasta el techo…) a los 2.200 litros del 5 plazas con todos los asientos traseros abatidos (el de 7 asientos se «conforma» con 2.020 litros).
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