


Ferrari ya lo hizo en Montmeló, pero instalaron la válvula de control del sistema a la altura de la muñeca y a Felipe Massa no le resultaba cómodo, pues tenía que soltar el volante para cerrar la entrada de aire y terminó siendo peligroso.
Por su parte, Red Bull también está trabajando en ello. Por el momento, lo han estrenado en Turquía y, a la espera de resultados fehacientes, seguirán evolucionándolo o no. Pero si los coches de Adrian Newey ya son imbatibles, el F-Duct puede acabar de marcar la diferencia en la escudería de la bebida energética.
Otros equipos como BMW-Sauber también lo han incorporado, mientras que el resto dedica parte de sus esfuerzos en conseguir integrarlo en sus monoplazas. Aunque nada como la estrategia de McLaren. En su caso no podemos hablar de magia, sino de obra de ingeniería. El que lo inventó aún lo está celebrando.
