Comparativa Land Rover Discovery 4 frente a Jeep Grand Cherokee

Comparativa realizada por Gaby Esono

Si eres amante de las etiquetas estás de enhorabuena, porque tanto el americano como el británico dan como para una enciclopedia de tópicos cada uno. Todos ciertos. Y también los contrarios. ¿O acaso tú podrías decir cuál es el refinado y cuál cruza la raya y se vuelve ostentoso? ¿Sabrías distinguir cúal resume valores clásicos y cúal reúne equipamientos vanguardistas? Y esta última es de las fáciles: ¿Cuál es el técnicamente avanzado y cuál es el que aprovecha la experiencia de décadas fabricando todoterrenos?

La cuarta generación del Jeep Grand Cherokee se ha quedado como el máximo exponente de la marca americana. Después de que el Commander dejara de producirse (y los Hummer también, aunque ésa es otra historia), el modelo que ves en las fotos es ahora el más grande, potente y lujoso que un fabricante americano “estándar” exporta al mercado europeo. Bueno, está el SRT, su bestia parda, pero si se trata de ser sensato, el CRD de 241 CV es el camino. Parte de una base conocida, la misma del Mercedes-Benz ML (la relación entre Daimler y Chrysler dio para mucho), pero ahora que van de la mano de Fiat han optado por confiar su gama de motores diésel a VM Motori, que les proporciona un bloque 3.0 V6, algo más refinado y bastante más sobrio, incluso esta variante más potente (por debajo está la de 190 CV), a pesar de mantener la misma veterana caja de cambios automática de 5 relaciones de origen alemán.

Equipado con reductora y una transmisión a las cuatro ruedas permanente Quadra-Drive II (con el diferencial electrónico trasero de deslizamiento limitado, capaz de enviar el 100% del par a una rueda), suspensión neumática Quadra-Lift y control de tracción Select-Terrain (configura la tracción según el tipo de terreno), queda claro que se trata de un todoterreno serio. O puede que no tanto, porque una vez escalas a su habitáculo (estamos hablando de la versión Overland, lo más de lo más en Jeep), la piel de los asientos, cuatro de ellos calefactados, te envuelve en un ambiente de lujo exquisito para 5 pasajeros, quizá demasiado si vienes de tragar polvo en un rodeo (lo siento, no he podido evitarlo…).

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También son cuatro las ediciones que lleva el Land Rover Discovery en danza, y con cada una de ellas parece haber subido un peldaño respecto a las anteriores en cuanto a representatividad. Si antes se podía ver como un razonable punto intermedio entre el rudo Defender y el exclusivo Range Rover, ahora un cliente de esta marca (o al menos del modelo Sport, menos señorial) podría mirar al Discovery con ojos golosos. Conozco algún caso.

Y no es una mera cuestión de precios, sino que un vistazo a las respectivas fichas técnicas sugiere que los paralelismos entre el Land grande y el Range pequeño son de lo más evidentes. La mecánica, sin ir más lejos, parte de la misma base. Eso sí, en el Discovery se ha montado la última evolución de un motor muy bien equilibrado (en el Sport probamos la anterior), de funcionamiento tan suave como extremadamente poderoso (el del Jeep es poderoso a secas), que es capaz de tirar de las más de dos toneladas y media que pesa la criatura como si con ella no fuera la cosa. Eso sí, en cuanto te descuidas te obliga a poner el regulador de velocidad a 80 km/h en autovía, confiando en que la próxima gasolinera esté abierta 24 horas. Mientras tanto, escuchas reggae a todo volumen en su estupendo equipo de música para que se tranquilicen tus 6 acompañantes. Te preguntarás, ¿por qué reggae? Y te respondo, ¿y por qué no?

Lo cierto es que su capacidad da para que viajen cómodamente 7 personas, lo que da la idea de que, sin serlo realmente, se trata de un coche de vocación más familiar. ¿Refinada y lujosa? Tal vez, pero también con la mente puesta en lo fácil que resulta abordar los obstáculos más complicados cuando se cuenta con suspensión neumática electrónica y Terrain Response (el equivalente al Select-Terrain del Jeep). El funcionamiento de este sistema de control de tracción pasa más desapercibido que en el Jeep, aunque el americano da la sensación de ser algo más eficaz.

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