En este especial te traemos nada menos que cuatro coches que tienen en común las proporciones de monovolumen de sus carrocerías. El planteamiento de cada uno de ellos es, sin embargo, radicalmente diferente.
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El Honda Jazz es un buen ejemplo de esta nueva generación de familiares del segmento B, el de los utilitarios que ya rondan los 4 metros de longitud. El buen trabajo realizado en su interior, que permite diversas configuraciones de asientos, se combina con un talante pausado y una cierta comodidad al rodar con él, a pesar de contar con una suspensión endurecida. ¿Para qué? Pues para que no se note el peso suplementario de las baterías, porque se trata del primer monovolumen híbrido del mercado y, por lo tanto, el menos contaminante de todos.
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El siguiente modelo por tamaño sería, en cambio, el último por estatus y precio. Nos referimos a la segunda generación del Mercedes-Benz Clase B, el coche que está marcando de alguna manera el nuevo camino que ha emprendido la firma de la estrella. Con un perfil más osado de lo habitual en Mercedes, este monovolumen se ha “berlinizado”, y ahora presume de un comportamiento y un refinamiento mecánico muy superiores a su predecesor. Es, sin embargo, un automóvil que cede un par de puntos en cuanto a aptitudes familiares, algo que compensa con una calidad de realización excelente. Eso sí, pagando un buen pico por ello.
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Del Volkswagen Touran no se puede decir que sea un familiar barato, pero a cambio ofrece una capacidad interior de las mejores en su segmento, lo que sumado a la forma recia de entender el automóvil que tienen los alemanes, hace comprensible que sea uno de los monovolúmenes más deseados. La sobriedad de su interior con siete plazas no entusiasma tanto como la calidad percibida, mientras que un comportamiento cómodo y fiable puede hacer las delicias de papás y mamás a partes iguales.
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El Ford Galaxy es el coche que hemos elegido para representar a los monovolúmenes “de verdad”, los que permiten viajar sin estrecheces a 5 ocupantes y su equipaje para unas vacaciones muy largas, y en los que puedes meter a 2 más que no se sentirán demasiado enjaulados. Su configuración es tan convencional como la de los otros tres, es decir, 4 puertas más portón, sin correderas ni nada. A pesar de ello, las posibilidades de su interior, que en menos de un minuto puede pasar de minibús a biplaza, le posicionan claramente en cabeza del grupo. Su tamaño ayuda, pero su presentación tampoco desentona, así como su comportamiento sobre el asfalto, toda una sorpresa teniendo en cuenta sus dimensiones.
