Nuevo BMW Serie 1: tonterías, las justas

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BMW ha apostado claramente por la continuidad a la hora de desarrollar la segunda generación del exitoso Serie 1. El compacto de Múnich ha sido renovado por completo, aunque a primera vista parece que hayan querido que participemos en el juego de las diferencias para distinguir la nueva carrocería de 5 puertas de la que ahora deja de producirse.

Esto se hace especialmente evidente en la vista lateral, en la que se han mantenido las peculiares proporciones que caracterizan al BMW Serie 1 original.

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Con dos volúmenes claramente definidos, el morro alargado es un rasgo inquebrantable en cualquier modelo de la firma bávara, e imprescindible si se quieren disponer los cilindros en línea longitudinalmente. La forma de la puerta trasera, truncada violentamente hacia el sentido de la marcha, y la caída del techo, son otros de los nexos comunes con su predecesor.

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Más sencillo resulta distinguir el frontal, a pesar de que la parrilla divida en dos riñones aniquila por completo cualquier duda sobre la identidad de su fabricante, que ha optado por dibujar para su modelo más pequeño unos faros cuyo perímetro recuerda al del controvertido BMW Serie 5 GT.

De su vista trasera podría decirse lo contrario, es decir, que no se parece demasiado a nada que no hayamos visto antes en BMW, pero esos pilotos sí recuerdan sospechosamente a los del Volkswagen Polo.

Consideraciones estéticas al margen, lo que no está sujeto a discusión es que la Bayerische Motoren Werke ha querido hacer de su coche pequeño un automóvil de mayor porte. De un día para el otro, nos encontramos con nada menos que 85 mm más de Serie 1, que ahora mide 4.324 mm, y que se han traducido sobre todo en un incremento de la habitabilidad y del maletero.

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Delante no había problema, porque al fin y al cabo cualquier modelo con el escudo blanquiazul se hace por y para el conductor, pero en esta ocasión no han querido dejar de lado la comodidad de los que viajen detrás, que gracias al incremento de la batalla en 30 mm contarán de 21 mm extra de desahogo a la altura de las rodillas. De todas formas, eso al que viaje en la plaza central le dará un poco lo mismo, porque su preocupación seguirá siendo el abultado e inevitable túnel de transmisión. En lo que se refiere al espacio de carga, los 360 litros de volumen (ampliables hasta 1.200 litros) y una superficie bastante más diáfana se agradecen frente a los modestos 330 litros del primer Serie 1 que vio la luz.

Antes de dejar el tema del habitáculo, dos comentarios más: el primero, que el nuevo BMW Serie 1, muy orientado al conductor, cuenta con un salpicadero algo abarrotado sin dejar de lado, no obstante, la limpieza de líneas propia de la marca. Y el segundo, que si hemos de confiar en estas primeras imágenes, parece que en BMW se han tomado más en serio el aspecto de algunos plásticos, que ahora sí tienen pinta de merecer su presencia en un coche premium.

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Esta segunda entrega del BMW Serie 1 no sólo ha crecido en longitud. La plataforma también se ha ensanchado (vía delantera 51 mm y trasera 72 mm). Entre que está soportada sobre un esquema de suspensiones con doble articulación delantera y multibrazo posterior, y que además se ha buscado como es habitual un reparto de pesos de 50:50 entre ambos ejes, parece que el comportamiento dinámico será más aplomado peo seguirá siendo una de las bazas del benjamín muniqués.

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También dispondrá de dirección asistida electromecánica de serie, dejando como opción la Servotronic de asistencia variable según la velocidad. Donde sí hay novedades de relevancia es en los sistemas de ayuda a la conducción centralizados en el control de la estabilidad DSC. Además de integrar las fuciones del antibloqueo de frenos (ABS), el control dinámico de tracción (DTC) o la asistencia de frenado en curvas (CBC), entre otros, ahora también incluye la función de compensación de la pérdida de eficiencia de los frenos por culpa del fading, o la activación de los frenos para secar los discos y pastillas. Además, el DSC se puede desactivar por etapas, de manera que en una primera se permite un ligero deslizamiento de la zaga y, si se desconecta del todo, se activa el bloqueo electrónico del diferencial trasero.

En efecto, este BMW no tiene el túnel de transmisión de adorno, sino que repite experiencia con la tracción posterior que lo hace único en el segmento de los compactos.

Un comienzo prometedor

La gama de motores será otro de los puntos de referencia del nuevo modelo. De inicio, habrá dos gasolina, el BMW 116i y el BMW 118i, que por lo visto serán mucho menos modestos que sus predecesores. Ambos montan un nuevo bloque tetracilíndrico de aluminio de 1.598 cc, cuya potencia se ha establecido en los 136 CV a 4.400 rpm y 170 CV a 4.800 rpm respectivamente.

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Las responsables de estas cifras tan prometedoras son la tecnología TwinPower con turbo Twin Scroll combinada con la inyección directa de gasolina High Precision Injection, la regulación variable de las válvulas Valvetronic y la distribución variable doble-Vanos. En resumen, lo que nos ha venido encantando en modelos como el BMW 535i Touring o el BMW 135i Coupé, pero a pequeña escala.

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La oferta diésel se centrará los primeros meses en el BMW 116d, BMW 118d y el BMW 120d. Como en los gasolina, BMW aplica en estas versiones la estrategia de desarrollo modular de propulsores, de ahí que todos compartan el mismo bloque de cuatro cilindros, aunque en este caso la cilindrada es de 1.995 cc. De nuevo aparece la etiqueta TwinPower Turbo, pero esta vez es una turbina de geometría variable la encargada de subir la potencia a 116 CV, 143 CV y 184 CV. La inyección directa diésel con sistema common-rail trabaja a 1.600 bares en los dos básicos, y llega a los 1.800 bares en el 120d. Más adelante llegará el BMW 116d EfficientDynamics, que se distinguirá por ser el primer BMW con un nivel de emisines de 99 g/km.

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Precisamente las tecnologías EfficientDynamics componen otro de los nexos comunes de la nueva gama del Serie 1, que además de la función Auto Start Stop y del sistema de recuperación de la energía de frenado, añaden ahora el Modo ECO PRO, que modifica la gestión del motor y la actuación de accesorios de climatización y calefacción para ahorrar combustible. El mismo selector de reglaje personalizado permite, asimismo, elegir los modos Comfort, Sport y, según equipamiento, el Sport+, que varían tanto la reacción del acelerador como la del cambio en el caso del automático opcional, el fantástico de 8 relaciones estrenado en los hermanos mayores del Serie 1.

Con el lanzamiento del BMW Serie 1, que tendrá lugar a la vuelta del verano, la marca alemana presentará también BMW Line, una nueva estrategia de personalización interior y exterior para sus modelos, que en el caso del nuevo compacto permitirá elegir entre Urban Line y Sport Line.

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