La llegada del Tesla Roadster a Europa es ya una realidad. La compañía de deportivos eléctricos afincada en San Carlos (California) ha puesto en marcha una delegación para España y Portugal que se encargará de gestionar el desembarco de uno de los modelos que han causado más expectación de los últimos años.
El motivo, lo que hace tan especial al Tesla Roadster es que explota hasta las últimas consecuencias las potencialidades de la electricidad como sistema de propulsión, como pudimos comprobar durante el Salón del Automóvil Ecológico de Madrid: por una parte, una enorme capacidad de aceleración, y por otra una autonomía y procesos de recarga muy avanzados que cada vez se acercan más a la de los sistemas convencionales.
El habitáculo del Tesla Roadster presenta un diseño sencillo y limpio, con acabados de calidad. La posición para los dos ocupantes es la de un deportivo tradicional, muy cerca del suelo y con las piernas estiradas, equiparable al de un Lotus Elise y por lo tanto con las mismas complicaciones para acceder al habitáculo.
Curiosamente, los diseñadores del tesla Roadster han mantenido una llave de arranque en un momento en que cada vez más modelos convencionales utilizan un botón. El giro de la llave hacia la posición de marcha ilumina el cuadro de instrumentos y los botones del cambio automático de una sola relación, en el que se ha eliminado cualquier tipo de palanca.
En movimiento, pronto se empieza a comprender que el Tesla Roadster es un deportivo con todas las letras. Gracias a la ligereza del vehículo y a las particularidades del motor eléctrico de 252 CV, la capacidad de aceleración es descomunal. Puede completar el 0 a 100 km/h en menos de 4 segundos, algo que en motores de combustión sólo está al alcance de bloques de ocho cilindros o mayores con más 500 CV.
Para hacernos una idea, el Tesla Roadster se sitúa en capacidad de aceleración a la altura de un Lamborghini Gallardo, que monta un motor V10 de 560 CV. Un Aston Martin DBS con motor V12 de 6.0 litros y 517 CV tarda 4,3 segundos a completar el 0 a 100 km/h.
La particularidad del Tesla es que todo esto se hace en el más absoluto silencio. Es cierto que parte de la adrenalina que se quema conduciendo un deportivo se genera por el sonido del motor; para este tipo de conductores, existen sistemas generadores de sonido que pueden utilizarse mediante la propia toma de corriente del vehículo.
El Tesla Roadster tiene una autonomía de unos 350 km. Están disponibles varias formas de recarga, desde un cable eléctrico convencional (la más lenta) hasta un sistema opcional que modifica el amperaje de una toma de corriente para dejar los tiempos de recarga a entorno a las 4 horas. Este es el único punto que separa el Tesla de la usabilidad de vehículos deportivos de gasolina, porque la autonomía es perfectamente coherente con el uso tipo del vehículo, que no olvidemos se trata de un biplaza deportivo.
El precio de todo esto: 84.000 € más impuestos. En 2012, Tesla prevé lanzar al mercado su primer vehículo de cuatro puertas, el Model S, con un planteamiento menos radical que el Roadster pero con la misma tecnología sin emisiones contaminantes.
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