Salón del Automóvil de París: Volvo V60

Redacción (París).- La gama intermedia de Volvo recibió a finales de 2009 un nuevo representante, la segunda generación del S60, cuyas líneas se aproximaban tanto a las de un coupé como se alejaban del concepto de coche robusto que la firma sueca está tratando de erradicar con sus últimas creaciones.

El V60 es la variante familiar de la atractiva berlina, y en ella Volvo ha procurado mantener el carácter dinámico que, según aseguran, forma parte del nuevo ADN de la marca. Desde luego, a nivel estético no se le puede negar que el objetivo se ha cumplido con creces, gracias a una silueta de trazos fluidos que invita a sentarse al volante y ver de lo que es capaz.

Una amplia gama de motores, que van desde los 115 CV del eficiente DRIVe hasta los 304 CV del T6 AWD permiten colocar la oferta del V60 en una posición de privilegio que la equipara con la de alguna de las otras marcas premium tradicionales, como por ejemplo Audi.

Ello no ha significado, en cualquir caso, que se haya abandonado la faceta práctica que se le supone a cualquier carrocería de este tipo, y más si lleva el sello de Volvo, que atesora un largo historial de modelos break y que, en el caso de la nueva generación de modelos suecos, añade además una factura de los acabados de muy alto nivel.