

El propulsor instalado en el familiar de la gama intermedia de Skoda es capaz de erogar un pico de potencia de hasta 85 kW, equivalente a cerca de 116 CV, aunque la potencia constante es de 60 kW (algo menos de 82 CV). El par motor, de 270 Nm, está muy por encima de lo que ofrece, por ejemplo, el extendido propulsor 1.6 TDI del Grupo Volkswagen.


