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Prueba realizada por Gaby Esono
Mucho ha llovido desde que, en aquel lejano 1999, Opel lanzara la primera generación del Zafira. Prisionera, como el resto de marcas, de la tiranía impuesta por Renault, que en esto de hacer monovolúmenes siempre se las ha dado, con razón, de adelantarse a todo el mundo, la marca alemana tuvo la acertada idea de hacer algo diferente en el segmento de los compactos, al que aportó la primera carrocería con capacidad para 7 ocupantes.



[/tab] [tab name=’Vídeo’] [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=escmOJcFMK4[/youtube] [/tab] [tab name=’Al volante’]
El motor 2.0 CDTi de 165 CV de origen Fiat que Opel ha montado en el Zafira Tourer empezó siendo el tope de la gama de este monovolumen, aunque ahora ha dejado ese lugar al bloque que, partiendo de la misma base, ha ganado nada menos que 30 CV más gracias a la incorporación de un sistema biturbo.

Se trata de un propulsor que compensa con buen rendimiento una cierta falta de finura cuando ruedas con él. Puede que a bajo régimen se haga esperar algo más de lo deseable, pero a poco que la aguja del cuentavueltas supera las 1.500 rpm su respuesta ya no admite cuestionamientos y comienza a empujar hasta bien pasadas las 3.000 rpm.

Y como decía al principio, a pesar de que la rumorosidad no es ejemplar ni es el diésel con menores vibraciones que hemos probado en Cochesafondo, lo compensa con un rendimiento muy bueno, no sólo por la respuesta al acelerador, sino también por que resultó muy parco en consumos: requirió apenas 7,6 l/100 km en los casi 900 km que duró la prueba del Opel Zafira Tourer por todo tipo de carreteras (desde amplias autovías hasta estrechos puertos de montaña del pirineo aragonés).
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En otro orden de cosas, es muy de agradecer que Opel haya incorporado también a su monovolumen compacto el chasis adaptativo FlexRide ya conocido en el Insignia y el Astra. De hecho, el Zafira Tourer ha tomado de su hermano mayor el tren delantero McPherson anclado a un subchasis, con brazos de aluminio y en el que las fuerzas que reciben los amortiguadores y los muelles quedan separadas, mientras que del Opel Astra ha heredado un tren posterior con timonería de Watt, capaz de absorber la mayor parte las fuerzas laterales que se producen al tomar las curvas.
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En la práctica esto se traduce en un comportamiento razonablemente neutro, bastante noble, que no puede sin embargo disimular por completo que se trata de un coche de grandes dimensiones (4.658 mm de largo por 1.685 de alto y 1.928 mm de ancho). Vamos, que la agilidad no es su punto fuerte, a pesar de que el chasis electromecánico FlexRide de Opel permite cambiar el carácter del Zafira Tourer según las necesidades de cada momento. Dos teclas en el salpicadero, Tour y Sport, permiten cambiar la reactividad de la suspensión y otros componentes, aunque a la hora de la verdad la posición Standard supone un buen compromiso entre confort y eficacia.
[/tab] [tab name=’Vida a bordo’]Si antes decía que el Opel Zafira Tourer es un coche grande es porque, más que las impresiones que ofrece al conducirlo, lo que llama la atención es la gran habitabilidad con que uno se encuentra al abrir sus puertas.

Si no eres el que va a conducir, nada que temer, porque el panorama que se te presenta es espléndido, incluso si eres uno de los que se va a sentar en la tercera fila de asientos. El espacio disponible en esas dos plazas es mayor que el te puedes encontrar en muchos compactos de 3 puertas, igual que el acceso a los mismos, de forma que te puedes aventurar a hacer un viaje largo con todos los asientos ocupados sin temor a represalias.
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Por lo demás, parece que no han querido dejar ni un rincón sin aprovechar. Que si una consola central con mucho espacio y que se desplaza longitudinalmente, que si amplias guanteras y huecos portaobjetos varios… Vamos, un coche no apto para despistados. Por tener, tiene salidas de aire para los ocupantes posteriores, no sea que el niño se nos maree.
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Y aunque el Opel Zafira Tourer es un coche eminentemente familiar, como vehículo amable de carga tampoco desentona. Los escasos 152 litros de volumen del maletero cuando están las 7 plazas disponibles, se convierten en menos de 60 segundos en unos inmensos 1.792 litros cuando lo convertimos en un biplaza. La facilidad con la que se ocultan todos los asientos, y el hecho de que quede una superficie completamente diáfana es todo un ejemplo a seguir. Además, la mejora en la calidad percibida en los últimos modelos de la gama de Opel alcanza en este volumen a rincones inesperados. No es por nada que la marca dice que quería acercarse a una filosofía más premium.
[/tab] [tab name=’Me gusta MÁS’]Lo que más me ha seducido en la prueba del Opel Zafira Tourer ha sido precisamente aquello para lo que ha sido concebido: se trata de un familiar excelente.

Además, con ese invento del FlexRide, se puede elegir entre viajar cómodo o muy cómodo, que no es poca cosa cuando tienes que llevar a tu querida suegra en los asientos posteriores.
[/tab] [tab name=’Me gusta MENOS’]

El cambio, de tacto más bien duro pero no por ello más preciso, tampoco ha sido de las cosas que me han dejado mejor impresión.
[/tab] [tab name=’Conclusión’]
La gama del Opel Zafira Tourer que, insisto, no ha reemplazado al Opel Zafira a secas sino que se ha colocado un peldaño por encima de éste, cuenta con nada menos que nueve opciones mecánicas con cambio manual, más otras dos con caja de cambios automática.


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