

Estos valores mantienen el nivel prestacional de un modelo que, sin embargo, logra unas cifras de consumos y emisiones sensiblemente inferiores a las de la variante que sustituye, con 5,7 l/100 km y 132 g/km de CO2 respectivamente, contra los 7,2 l/100 km y 169 g/km del propulsor que ahora sale del catálogo.
