El nuevo Audi A8 se presenta de salida con dos motores V8: por una parte, el 4.2 FSI de inyección directa de gasolina que entrega 372 CV de potencia (22 CV más que antes) y un par motor de 445 Nm a 3.500 rpm. La media de consumo ha sido reducida hasta los 9,5 l/100 km, un 13% menos, y la del emisiones es de 219 g/km.
Por la otra parte, el poderoso 4.2 TDI, capaz de extraer de sus 4.134 cc de capacidad 350 CV y, atención al dato, 800 Nm de fuerza entre 1.750 y 2.750 rpm. 24 CV y 150 Nm es lo que le saca de ventaja al anterior turbodiésel, pese a lo cual logra un consumo de 7,6 l/100km, un 19% menos que antes, mientras que las emisiones de CO2 se quedan en 199 g/km.
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Para lograr estos resultados, además de rebajar las fricciones internas como en el FSI, ahora el sistema common-rail de inyección directa de gasóleo es capaz de generar una presión de 2.000 bares, mientras que los dos turbocompresores y el sistema de recirculación de gases de escape han sido revisados profundamente.
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Ambos declaran una velocidad máxima limitada en 250 km/h y, mientras el FSI acelera de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, el TDI logra hacerlo en 5,5 segundos.
Posteriormente hará aparición otro V6 TDI de 204 CV que se comercializará únicamente con tracción delantera y que declarará unos consumos y emisiones de 6,0 l/100 km y 159 g/km de CO2.
Hasta la llegada de este propulsor, sin embargo, el A8 se mantendrá fiel a la filosofía de Audi de ofrecer modelos con la tracción total quattro. El reparto de par es de 40% delante y 60% detrás, aunque en caso pérdida de tracción el diferencial central mecánico se encarga de enviar más fuerza al eje que tiene más adherencia. El 4.2 TDI contará con un diferencial trasero deportivo con distribución continuamente variable del par, que será opcional en el resto de versiones. El conductor podrá seleccionar entre 3 modos de actuación de dicho sistema.
El dinamismo de esta berlina de lujo queda confiado, además de al grupo propulsor, a un bastidor que cuenta con ejes de 5 brazos delante y una composición trapezoidal detrás, entre otras bondades técnicas, con la suspensión neumática adaptive air suspension. Este sistema se ofrece ahora de serie, ya que está integrado en el Audi drive select, que mejora el comportamiento y ha sido mejorado para ofrecer más suavidad a la vez que una mayor rapidez de respuesta. Además, también se ofrece opcionalmente la dirección dinámica.
