La alianza permitiría a ambos grupos optimizar sus respectivos sistemas de producción. Fiat ofrecería a Chrysler su tecnología en plataformas para vehículos de pequeño y mediano tamaños más eficientes, lo que favorecería el acceso de la marca americana a nuevos mercados fuera de los Estados Unidos. El acuerdo también daría credibilidad al plan de viabilidad que Chrysler ha presentado al Departamento del Tesoro de Estados Unidos y sería el primer paso para una restructuración profunda de la marca. Por su parte, Fiat podría acceder en mejor posición al mercado norteamericano, además de obtener beneficios en cuanto a sinergias globales de producción. La marca italiana se haría con el control del 35% de Chrysler, aunque no está prevista una inversión directa de capital en la marca norteamericana.
El consejero delegado de Fiat, Sergio Marchionne, considera que «el acuerdo concederá a ambas compañías la oportunidad de acceder a los mercados más relevantes ofreciendo innovación y productos medioambientalmente eficientes, un campo en el que Fiat es un líder reconocido, además de beneficiarse de una adicional sinergia de costes«.
Por su parte, el presidente de Chrysler, Bob Nardelli, ha asegurado que «el acuerdo con Fiat permitirá a Chrysler ofrecer una gama más competitiva de vehículos a los clientes que buscan productos más eficientes en emisiones y consumos«, además de asegurar la viabilidad de la compañía a largo plazo y preservar centenares de puestos de trabajo.
Tras ocho años bajo el control de Daimler, que todavía posee el 20% de su capital, y tras ser adquirida por el grupo inversor Cerberus, Chrysler se encuentra actualmente muy volcada en el mercado estadounidense. En Europa vende unas 100.000 unidades al año. La alianza entre las dos marcas estaría supeditada a la aprobación de los entes reguladores norteamericanos, incluido el Departamento del Tesoro.
