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A partir de septiembre, el Ford Focus 1.6 gasolina de 125 CV contará, pues, con la variante con doble embrague en seco de la caja de cambios de manejo secuencial de seis velocidades que la marca denomina Powershift.
Del mismo modo que la que pudimos probar en el Ford C-Max, que funciona en baño de aceite, la transmisión elegida para este propulsor permite unos cambios prácticamente inmediatos, gracias a que, cuando una marcha está engranada, la siguiente ya está preparada.
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Además, al prescindirse del convertidor de par del cambio automático de 4 marchas del Focus 1.6 100 CV de la anterior generación, se ha conseguido una sensible mejora en las emisiones de CO2, cifrada en un 19%, para quedarse en 149 g/km. El consumo medio declarado es de 6,4 l/100 km.
Frente a la versión con el doble embrague en baño de aceite, utilizada con motores que entregan mayores cantidades de par, esta variante en seco cuenta con un sistema de refrigeración más sencillo y el conjunto es más ligero.
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Pese a ello, mantiene funciones conocidas como el asistente de arranque en pendiente, la desconexión del embrague al ralentí o al reducir velocidad, entre otras.
También en septiembre llegará la variante Flexifuel para el Ford Focus, que podrá funcionar indistintamente con combustible E85 con bioetanol o con gasolina sin plomo. Se ha jubilado el veterano 1.8 y en su lugar se ha adaptado el 1.6 Duratec Ti-VCT, que en este caso entrega 120 CV. Gracias a esta modificación, el nuevo Ford Focus Flexifuel tiene homologados 132 g/km de CO2 usando E85, cuando el gasolina de 125 CV llega hasta los 136 g/km.
