

Esta peculiar combinación, a la que tendremos que ir acostumbrándonos, irá acompañada desde el mismo lanzamiento por cuatro posibles propulsores: dos gasolina y otros tantos diésel, todos ellos con inyección directa de combustible y construcción V6.

El resultado es una entrega de potencia de 204 CV a 5.250 rpm y un par motor de 280 Nm entre 3.000 y 5.000 rpm para el 2.8 FSI, que se ofrece con el cambio secuencial S tronic de 7 velocidades y con tracción total quattro.
El 3.0 TFSI, por su parte, se posiciona claramente por encima, ya que gracias a la mayor cilindrada y a la sobrealimentación, confiada a un compresor, se dispone de 300 CV entre 5.250 y 6.500 rpm, mientras que la fuerza de 440 Nm se obtiene a partir de las 2.900 rpm y se mantiene constante hasta las 4.500 rpm. En Europa, esta mecánica irá asociada de serie al S tronic y al sistema de tracción quattro.

Esta versión cuenta con tracción delantera y cambio multitronic de variador continuo, lo que pone de manifiesto la evolución de este tipo de transmisión, capaz de soportar valores de par más elevados y que, en esta ocasión, ha sido desarrollado buscando un ahorro en los consumos.
El A7 Sportback con el motor 3.0 TDI de 245 CV muestra un talante más prestacional que su hermano diésel. El hecho de que el margen de entrega de la potencia máxima se coloque entre las 4.000 y las 4.500 vueltas así lo parece indicar.

El nuevo Audi A7 Sportback estará disponible a partir del próximo otoño y, de momento, la firma de lujo del Grupo Volkswagen sólo ha confirmado el precio de partida: 56.500 €, probablemente con los impuestos aparte.