

El resultado es un chasis monocasco de fibra de carbono extremadamente ligero. El sistema de suspensiones procede directamente del mundo de la competición, con los muelles y amortiguadores de los dos ejes montados horizontalmente dentro de la carrocería, con lo que no aportan masa suspendida. Los amortiguadores son completamente ajustables mediante la tecnología Dynamic Suspension Spool Valve (DSSV), aplicada por primera vez en un coche de calle. Para mayor goce, cuando se entregue el vehículo al afortunado cliente, las suspensiones serán completamente ajustadas por Aston Martin según sus precisas necesidades. Con todo, la mayoría de estos componentes derivados de la competición estarán ocultos a la vista del conductor, que gozará del máximo nivel de acabados en el interior.

El propulsor irá asociado a un cambio robotizado manual de seis velocidades con levas en el volante completamente nuevo. El peso del conjunto está proyectado en 1.500 kg. Por su parte, Pirelli ha diseñado unos neumáticos de 255/35 delante y 335/30 detrás específicamente para el One-77, mientras que los frenos son una evolución del Carbon Ceramic Matrix de Aston Martin, optimizados para trasladar menos calor al circuito y obtener una mayor respuesta
Vuelve Lagonda

