

El resultado es un coche híbrido con tracción a las cuatro ruedas (a la que Saab denomina eXWD) y que debería, al final de su desarrollo, conseguir unos consumos de 5,0 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 119 g/km.
Los técnicos de la marca sueca han diseñado tres modos de funcionamiento del eXWD: Eco, para el ahorro de combustible; Sport, en el que el motor eléctrico se comporta de verdad como un apoyo para mejorar las prestaciones y, de paso, actúa como una suerte de diferencial trasero activo; y Traction, programado para lograr una motricidad y arranque óptimos en condiciones deslizantes.


Los ocupantes se ven envueltos por un ambiente minimalista repleto de motivos metálicos de color aluminio, aunque es el conductor el que se siente protagonista, al contar con un salpicadero claramente orientado hacia su posición y en el cual se incluyen elementos como el head-up display o una pantalla multifunción de 8 pulgadas que está tan alcance como el volante.
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