El proyecto cuenta con el apoyo de la Agencia Sueca de la Energía y su resultado más inmediato será la creación de dos nuevo prototipos basados en el C30 DRIVe que iniciaran su periodo de pruebas en el tráfico real a partir de 2012. Volvo también está trabajando en el proyecto con la compañía Powercell Sweden.
Esta tecnología está previsto que sea capaz de incrementar la autonomía de los vehículos eléctricos en unos 250 km, que se sumarán a la autonomía que sea capaz de ofrecer la batería. La segunda fase del proyecto consiste en la fabricación de los dos prototipos que se probarán en tráfico real a partir de 2012.

