Se trata del Audi quattro concept, un prototipo presentado en el Salón de París que ha despertado pasiones nada más verlo. Digno heredero de aquel Audi quattro Sport que maravilló en el Salón de Ginebra, hace treinta años, el nuevo tiene muchas cosas que envidiarle a su predesor salvo una: técnicamente es de lo mejor que Audi sabe hacer.
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Que se trata de un digno heredero es algo de lo que no cabe ninguna duda. Motor de cinco cilindros turboalimentado, transmisión permanente a la cuatro ruedas, silueta coupé con distancia entre ejes recortada… Una auténtica lástima que los Grupo B hayan desaparecido del Mundial de Rallies.
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Este coche, en cualquier caso, es otra historia. El cambio manual es, tal vez, la única concesión técnica a un pasado en el que ni la inyección directa de gasolina ni la efectividad de la electrónica tenían mucho que decir.
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