



Un somero vistazo al frontal del Lexus CT 200h, con su afilado paragolpes, carente a la vez de aristas, corrobora lo dicho, igual que las formas de los retrovisores, inspiradas en las del LFA. La caída del techo, con spoiler incluido, el acabado de los laterales y el difusor inferior contribuyen, por su parte, a una distribución más fluida de la corriente del aire.

En definitiva, un trabajo discreto que muestra la diferencia entre ser y parecer una marca de élite.