El Rally Barcelona-Sitges 2018 reverdece sus laureles
El 60 Rally de Coches de Época Barcelona-Sitges celebrado entre el 3 y el 5 de marzo ha acumulado un buen número de razones para que su organización, Foment de Sitges, se sienta muy satisfecha. Nada menos que 88 coches fabricados entre 1904 y 1928 (la edad mínima para participar de forma oficial en este evento), más dos posteriores, además de 20 motos producidas hasta 1938, compusieron una extensa lista de inscritos que no se veía desde la 50ª edición, y en la que no se vieron amedrentados por las nevadas caídas los días previos sobre la Ciudad Condal ni por las previsiones de lluvia que, finalmente, no se cumplieron.
Con la presidenta Maria Marín a la cabeza, dos de las prioridades de Foment en los últimos años han sido, por una parte, fortalecer los lazos con eventos similares en el extranjero que alentaran la participación de coches de otros países, lo que este año ha dado como resultado que se apuntaran 13 coches franceses, 4 italianos, 1 austríaco y 1 británico. Por la otra, animar a que los jóvenes se sientan partícipes de esta peculiar prueba de coches antiguos y se pongan al volante para realizar el recorrido entre Barcelona y Sitges.
El Vauxhall Tourer de 1904 de Alexis Llaveria tenía el honor de ser el primero en salir por ser el coche más antiguo de una comitiva en la que los Ford A y Ford T volvieron a ser legión y en la que pudieron verse auténticas rarezas, como Rochet-Schneider Mod. 15000 de 1919 de Olga Torras o el Chenard Walker Mod. Torpedo Sport de 1907 conducido por Juan Manuel Carbonell.
El recorrido del Rally Barcelona-Sitges 2018 era el conocido de tantas otras ediciones. Desde la salida a las 10:30 en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, hasta la llegada a plaza de La Fragata de Sitges sobre las 14:00, la caravana de coches de preguerra pasaba por algunos de los puntos emblemáticos de la Ciudad Condal, como Las Ramblas o el Paralelo, para atravesar localidades como L’Hospitalet de Llobregat y Castelldefels y afrontar desde ahí el siempre comprometido -y precioso- tramo de las Costas del Garraf.
Allí, una vez más, el tiempo parecía detenerse durante unos instantes ante el desfile de vehículos históricos, cuyos conductores aprovechaban el momento de cierre de la revirada carretera para sacar lo mejor de sí y de sus veteranísimos automóviles, antes de llegar al Port de Sitges-Aiguadolç, tradicional parada de descanso y reagrupamiento, para finalmente dirigirse al parque cerrado de La Fragata, a los pies de la Parroquia de Sant Bartomeu y Santa Tecla, patrones de la localidad.
