Resulta difícil innovar en la organización de una prueba con tanta tradición como el Rally Internacional de Coches de Época Barcelona-Sitges, que el fin de semana del 21 y 22 de marzo de 2015 celebraba nada menos que su 57ª edición.



«A falta de analizar más profundamente las encuentas que les hemos realizado, la sensación es muy positiva», comenta la presidenta, satisfecha porque, al contrario que la pasada edición, «el tiempo acompañó el domingo, lo cual ha permitido una alta asistencia de público». María Marín ha señalado además la gran labor de los 15 voluntarios que han formado parte del equipo, «cuya ayuda resulta imprescindible para que todo salga bien».

Frente a las ediciones anteriores, en las que el trazado recorría diversas localidades de la comarca del Baix Llobregat, en esta ocasión se optó por ir por la autovía para que el trayecto fuera más rápido. De ese modo, en la llegada a Sitges el público podría admirarlos a una hora más temprana y durante más tiempo que de costumbre. Así pues, tras hacer escala en el Puerto de Aiguadolç a las 12, los participantes llegaban finalmente al paseo al Paseo de la Ribera donde quedaban expuestos toda la tarde.
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Esta era otra de las novedades señaladas, ya que la zona de La Fragata, habitual punto final del Rally, esta vez servía de punto de referencia para que el jurado del premio a la elegancia tuviera ocasión de juzgar a los participantes mejor vestidos para la ocasión, posando junto a su vehículo frente a un photocall.




