Normalmente, los stands de Audi en las diferentes ferias del automóvil son los peores para visitar. Lo mismo ha pasado en el Salón de París 2014, y la culpa es de la marca de los cuatro aros, que se empeña un año tras otro en presentar modelos, sean concept cars o de serie, que llaman mucho la atención de la gente.
El Audi TT Sportback concept es un nuevo ejemplo de ello. Se trata de un prototipo cuyo nombre no engaña en absoluto. Es un TT coupé al que se le han añadido dos puertas con el fin de darle un punto más de versatilidad que el original, que más o menos es de eso de lo que va la filosofía Sportback.
Con 4,47 metros de longitud, es 29 centímetros más largo que el nuevo Audi TT; la batalla, de 2,63 metros, supera a la de la tercera generación del pequeño deportivo; también es 6 centímetros más ancho, con 1,89 metros de anchura; pero sus 1,38 metros de altura están 3 centímetros por debajo que los de su hermano de dos puertas. Sobre la plataforma modular transversal (MQB) común a los modelos compactos del Grupo Volkswagen se ha construido un bastidor y carrocería de concepción mixta, con un tren delantero de acero y estructura del habitáculo, puertas, portón trasero y capó de aluminio.
El TT Sportback concept también es, en cualquier caso, un deportivo como sus hermanos. Por si su silueta generaba alguna duda al respecto, Audi ha desarrollado un grupo propulsor que lleva más lejos -bastante más- el rendimiento del conocido 2.0 TFSI, de la familia EA 888 de la marca. Concretamente hasta los 400 CV, que llegan a 6.400 rpm. El par motor máximo, de 450 Nm, se mantiene constante entre las 2.400 y las 6.000 rpm, aunque ya a partir de las 1.900 rpm hay disponibles más de 300 Nm.
La concepción básica de este propulsor no cambia demasiado respecto al original. Turbo, inyección directa de gasolina y distribución variable en admisión y escape, así como el sistema de control de alzado variable de las válvulas de escape (Audi valvelift system) en dos niveles.
Un sistema de inyección en el colector de admisión complementa a la inyección directa FSI en los momentos de carga parcial. El colector de escape, por su parte, está integrado en la culata, lo que permite mejorar la gestión térmica, ya que un módulo de distribuidores pueden enviar el líquido refrigerante a este componente.
A partir de aquí, se han montado pistones de aluminio con canal de refrigeración integrado y un cigüeñal de acero forjado, protegido por un cárter de aleación de función de alta resistencia. La culata también es específica y se ha diseñado para adaptarla al mayor caudal de gas. Incluso el turbo es específico y puede soplar hasta 1,8 bares.
De trasladar la potencia a las ruedas se encarga un cambio automático de doble embrague stronic, de 7 relaciones. La tracción total quattro está confiada como es habitual en los coches de motor transversal de Audi a un sistema Haldex, cuyo embrague multidisco de gestión electrohidráulica está montado sobre el eje trasero.
