Lexus actualiza el RX 450h

La llegada del GS 450h, la nueva berlina de presentación de Lexus, ha servido en cierto modo de inspiración a la hora de renovar el SUV de la marca, el RX 450h, que adopta la nueva parrilla frontal de que denominan “en doble punta de flecha” y un paragolpes específico para las versiones Hybrid y para los nuevos RX 450h F Sport.

Se trata del nuevo estilo que se adoptará en las futuras creaciones de Lexus, y que no podía faltar en su modelo más representativo en nuestro mercado, al menos hasta la llegada del compacto CT 200h.

Las nuevas ópticas delanteras, con luces de día LED incorporadas, más el nuevo diseño de los pilotos traseros, también marcan diferencias respecto a su predecesor, así como las llantas de 19 pulgadas de nuevo diseño, con 10 radios, plateadas en las versiones Hybrid Drive/Plus y oscuras en las F Sport.

La variante F Sport Plus se distingue, además, por montar barras estabilizadoras en el sistema Lexus Dynamic Hybrid Balance o, lo que es lo mismo, un dispositivo utiliza la energía de la batería híbrida para activar dos motores eléctricos, uno en cada eje, que se encargan de reducir el balanceo de la carrocería hasta un 40%.

A nivel mecánico, el nuevo Lexus RX 450h mantiene la propulsión Lexus Hybrid Drive ya conocida, con motor V6 de 3,5 litros delante más dos motores eléctricos (uno delante y otro detrás, que actúa sobre las ruedas posteriores) con los que el crossover de lujo desarrolla 299 CV de potencia.

Si bien esa cifra de potencia no puede considerarse modesta, donde la marca del grupo Toyota viene poniendo el acento desde hace años es en los contenidos valores de emisiones: 145 g/km de CO2 y, más significativo incluso, 0,007 g/km de NOx, lo que representa 9 veces menos que el límite marcado por la norma antipolución Euro 6 que entrará en vigor en 2014. De esta manera, Lexus encuentra un argumento de peso por el cual ha dejado de producir coches con motores diésel (sólo estuvieron disponibles con la segunda generación del IS), y es que las emisiones de NOx y de partículas siguen siendo una de las asignaturas pendientes de los propulsores alimentados por gasóleo.