Crossover, híbrido y diésel: llegó el Peugeot 3008 HYbrid4

Madrid.-La primavera de 2011 es la fecha escogida para el lanzamiento del Peugeot 3008 HYbrid4, el primer automóvil híbrido del Grupo PSA. La marca francesa llevaba meses paseándolo de salón en salón, y por fin la promesa verá la luz, en su forma comercial, en la cita que nos espera el próximo octubre, en París.

La base de partida es el crossover compacto de Peugeot, el 3008, en cuyo vano delantero se ha alojado la variante de 163 CV del evolucionado propulsor 2.0 HDi con filtro de partículas FAP y la cámara de combustión tipo ECCS (Extreme Conventional Combustion System).

Detrás está lo que hace de verdad novedosa a esta versión, que no es otra cosa que un motor eléctrico de 37 CV, conectado a las ruedas posteriores y que se apoya sobre un tren multibrazo específico.

El funcionamiento en paralelo de ambas mecánicas propicia que, en conjunto, el sistema híbrido arroje una potencia conjunta máxima de 200 CV, aunque Peugeot ha ido mucho más allá, desarrollando diversos tipos de actuación en función de las necesidades puntuales.

Así, el motor de combustión interna es el responsable de la propulsión sobre todo en trayectos interurbanos, por carretera o autopista, mientras que el eléctrico es capaz de mover el familiar de la firma del león al arrancar o circulando a baja velocidad. En los procesos de deceleración, también se encarga de retener el vehículo, momento en el que se aprovecha para transformar la energía cinética en electricidad que se almacena en el conjunto de baterías de alta tensión, de níquel metal hidruro (Ni-MH).

El dispositivo Stop & Start de última generación hace las veces de intermediario entre un propulsor y otro. Al estar compuesto por un alternador de arranque, capaz de cargar la batería y de poner en marcha el motor, permite alternar entre ambos modos de funcionamiento.

©Peugeot	©Peugeot
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Esta arquitectura en paralelo permite, asimismo, que ambos motores funcionen simultáneamente. Esto significa que en situaciones de alta demanda, el eléctrico apoya al turbodiésel con sus 100 Nm extra de par continuo al eje trasero (tiene un pico de 200 Nm) que se suman a los 300 Nm que es capaz de entregar el tetracilíndrico common-rail a 1.580 rpm.

Este complejo sistema puede, sin embargo, gobernarse con facilidad gracias al mando giratorio situado en la consola central del Peugeot 3008 HYbrid4, que modifica los parámetros prefijados en la centralita PTMU (Power Train Management Unit).

Tiene cuatro posiciones: «auto», en el que la centralita electrónica gestiona por su cuenta las transiciones entre el motor térmico y el eléctrico; «ZEV», o Zero Emission Vehicle, que es cuando se da prioridad al motor eléctrico y el diésel queda reservado para aceleraciones puntuales; «tracción total», en cuyo caso el 3008 HYbrid4 tiene a plena disposición ambos propulsores y se convierte, a todos los efectos, en un SUV con el que se

pueden afrontar pistas resbaladizas a causa del barro o la nieve; y el modo «Sport», gracias al cual se cuenta con unas leyes de cambio más dinámicas que las del modo automático.

Y es que la transmisión se ha confiado a una caja de cambios manual pilotada, de accionamiento secuencial, con seis velocidades. La gestión electrónica del sistema permite ajustar su funcionamiento no sólo a los parámetros marcados por el mando, sino también al estilo de conducción.

Si éste es el adecuado, no sólo dispondrá de 200 CV bajo el pedal del acelerador, sino que podrá acercarse, en condiciones óptimas, a unos consumos de 3,8 l/100 km de media y a unas emisiones de 99 g/km de CO2 en las versiones básicas. Si se adquiere una unidad a tope de equipamiento y con ruedas más grandes, entonces las emisiones en el ciclo combinado pueden llegar a los 104 o 108 g/km.