


Para conseguirlo, la receta ha sido la habitual en estos tiempos: para reducir el consumo en un 25% (10,5 l/100 km), se ha rebajado la cilindrada hasta los 5.461 cc (antes eran 6.208 cc) y se ha instalado inyección directa de gasolina; para incrementar la potencia y el par, nada mejor que un buen sistema biturbo que empuje sin compasión los 8 pistones.

En realidad, estos niveles de par y potencia los proporciona el paquete opcional AMG Performance que, básicamente, consiste en subir la presión máxima de sobrealimentación de 1,0 a 1,3 bares. Así de sencillo. Para los que vayan de racionales por la vida, deberían bastar pues los 544 CV y 800 Nm de la versión básica.


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Respecto al CL 65 AMG, la marca es más discreta, sin duda porque las mejoras aplicadas al motor V12 son menos llamativas. Pero claro, cuando estamos hablando de 630 CV, es fácil que muchos otros datos pasen desapercibidos, incluso su precio, que ascenderá a los 191.450 €. Insistimos, en Alemania, antes de impuestos.
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Exteriormente, los nuevos CL AMG se distinguirán de los anteriores no sólo por adoptar las modificaciones del resto de hermanos de la gama, sino también por las nuevas llantas de aleación de tres radios. En el lateral, por otra parte, el pequeño mostrará orgulloso el motivo «V8 Biturbo».





