El prolífico 1.6 HDi FAP es uno de ellos y declara un leve incremento de potencia en sus dos versiones: la de 90 CV ahora pasa a ofrecer 92 CV a 4.000 rpm, mientras que la de 110 CV se sitúa en 112 CV a las 3.600 rpm. Más destacada es la ganancia de par en ambos casos, ya que los 270 Nm del más potente superan en un 12,5% la fuerza del anterior, y gracias a la función overboost puede llegar puntualmente hasta los 285 Nm. En el caso del nuevo 1.6 HDi FAP 92 CV, el par es de 230 Nm, en lugar de los 215 Nm de su antecesor.
Asociado al ECCS está el nuevo sistema de inyección directa common-rail que alcanza una presión de 1.650 bares y 1.700 bares en el de 112 CV y el de 92 CV respectivamente. El más potente, además, monta inyectores piezoeléctricos de siete orificios, mientras que los de la versión más modesta son de solenoide. Paralelamente, se han reprogramado las centralitas para incrementar el número de inyecciones por ciclo de combustión, mejorar la calidad de funcionamiento y facilitar el diagnóstico en caso de avería.
 |
 |
 |
El mayor número de inyecciones (hasta cinco), permite por una parte homogeneizar la mezcla aire/gasóleo, con lo que se mejora el aprovechamiento del combustible y, por tanto, se mejoran las prestaciones. Por el otro lado, se consigue una combustión más silenciosa.
Estos propulsores estarán disponibles tanto en el Peugeot 207 como en el 308. En el polivalente, el 1.6 HDi FAP 112 CV está acoplado a una caja de cambios manual de 6 velocidades, con la que las emisiones homologadas de CO2 en la berlina son de 117 g/km, mientras que en el 207 1.6 HDi FAP 92 CV se declaran 110 g/km. El 308 con el HDi 112 se podrá adquirir con la caja pilotada, también de 6 relaciones (114 g/km), y en el caso del HDi 92 se obtiene un registro de 115 g/km.
Para el crossover de la firma del león, el 3008, y para el monovolumen 5008 se reserva la evolución de 163 CV del 2.0 HDi FAP, en ambos casos con caja de cambios automática.
