

En el interior se han adoptado los asientos deportivos del Mégane R.S., aunque con una tapicería con el anagrama GT.


Las versiones GT se distinguen por ser más exclusivas, y estarán disponibles con el propulsor de gasolina TCe 180 y el diésel dCi 160, que reciben elementos del bastidor del chasis del Mégane R.S., así como su bomba de freno.
Las versiones GT Line, por su parte, parten del acabado Dynamique, al que se le ha instalado el chasis Sport del Mégane Coupé, y se podrán solicitar con motorizaciones más modestas, como el 1.5 dCi 110 FAP, que además ahora estrena el EDC (Efficient Dual Clutch), el cambio automático de doble embrague, o el gasolina turbocomprimido TCe 130.
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