El nuevo motor es el 2.0 GTDi, lo que traducido vendría a ser «Gasolina Turbo-comprimido Inyección Directa«, una combinación que entrega 203 CV de potencia máxima a 6.000 rpm y un par motor de 300 Nm entre 1.750 rpm y 4.000 rpm. Con ello, la marca asegura que se ha conseguido el mismo nivel de prestaciones que con el antiguo pentacilíndrico, pero con unos consumos y emisiones sensiblemente inferiores, lo que le habilita para superar la normativa anticontaminación EU5.
Este mismo propulsor es el que Ford ya ha anunciado para los renovados Ford S-Max y Galaxy (la firma americana los llama EcoBoost SCTi), y tiene una capacidad de 1.999 cc. La carrera corta de sus pistones (las cotas de los cilindros son 87,5 mm de diámetro por 83,1 mm de carrera) junto con el pequeño turbocompresor Borg-Warner K03 desarrollado conjuntamente por Volvo y Benteler Automotive garantizan una gran capacidad para subir de vueltas.
La carcasa de la turbina está integrada en el mismo colector, una técnica que Volvo ya ha adoptado en otras ocasiones. En este caso, sin embargo, el constructor nórdico ha patentado este sistema en el que se ha usado para su fabricación una lámina de acero estampado, en lugar de la pesada y voluminosa fundición habitual. Además, genera menos calor debido a la capa aislante que incorpora, lo cual permite una circulación más fluida del aire a presión.
En cuanto a la inyección directa, sus inyectores de 7 orificios están instalados lateralmente. Se ha tratado de conseguir un llenado de gasolina en cada cilindro lo más preciso posible para permitir así una respuesta más rápida del turbo y con ello una combustión más rápida y estable en situaciones de carga alta del motor (cuando se circula a bajas revoluciones y se trata de acelerar).
Otra de las aportaciones técnicas de este motor es la distribución variable del doble árbol de levas (Twin VVT), que contribuye a un llenado óptimo de aire en la cámara de combustión, adaptado a cada régimen. Tanto las válvulas de admisión como las de escape varían de forma constante e independiente el tiempo y la carrera de apertura.
El nuevo motor, que de momento se montará tanto en el Volvo S80 como en el V70 y el SUV XC60, podrá estar asociado tanto a un cambio manual de 6 velocidades como a la transmisión automática secuencial Powershift de doble embrague, utilizada igualmente por Ford.
De momento, la disponibilidad del 2.0 GTDi quedará inicialmente limitada a aquellos mercados que favorecen impositivamente a los motores con un desplazamiento inferior a los dos litros: Sureste asiático, China, Japón y Holanda. Posteriormente irá llegando al resto.
