
Con el nuevo Serie 5, BMW ha concebido una nueva suspensión, que cuenta en el eje delantero con un doble brazo transversal que consigue separar las funciones de dirección de las ruedas de la amortiguación. Gracias a este sistema, los amortiguadores apenas tienen que soportar fuerzas laterales, con lo que mejoran su efectividad a la hora de responder a las irregularidades de la calzada.
Para la suspensión posterior se ha dispuesto un eje al que llaman «Integral-V», hecho de aluminio, con un brazo oscilante capaz de realizar un movimiento amortiguado hacia atrás para compensar las oscilaciones longitudinales. Con ello se desvinculan las fueras radiales de las axiales que actúan sobre los silentblocks.

Gracias a estos dispositivos, los amortiguadores se adaptan de forma constante tanto al perfil de la carretera como al tipo de conducción realizado. La peculiaridad de este sistema estrenado en el BMW Serie 7 radica en que es capaz de ajustar la extensión y la compresión, y lo hace de forma independiente. De esta manera, es posible tener una suspensión dura pero capaz de reaccionar con suavidad frente a las irregularidades del asfalto. El conductor, por otra parte, puede definir la configuración básica entre confortable, normal y deportiva.

En lo que respecta a la dirección, el BMW Serie 5 cuenta por vez primera con la servodirección electromecánica ECV (Electric Power Steering) en toda la gama, una novedad en el segmento. Gracias a la asistencia eléctrica, el sistema sólo está activo cuando es necesario o lo solicita el conductor, de modo que en rectas o girando en curvas con ángulo constante no resta recursos al motor.

Una centralita electrónica analiza los datos provenientes de los sensores que miden la velocidad de las ruedas, el giro del volante, el giro del propio coche sobre su eje vertical y la aceleración lateral. En función de ello, modifica el ángulo de giro de las cuatro ruedas mediante un motor eléctrico.
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A velocidades inferiores a 60 km/h, es decir, en trazados urbanos o carreteras sinuosas, las ruedas traseras pueden girar hasta 2,5º en sentido inverso al marcado por el volante, con lo que se consigue una mayor maniobrabilidad y agilidad en los movimientos de la carrocería. A mayor velocidad, se orientan en el mismo sentido que las delanteras para incrementar el aplomo.

El control dinámico de la conducción (Fahrdynamik-Control), que ajusta la reactividad del acelerador, la caja de cambios (si es automática), la amortiguación pilotada y el control de estabilidad DSC, o el freno electromecánico con función Auto-Hold, también forman parte de la amalgama de dispositivos que contribuyen a hacer del nuevo BMW un modelo que combina el lujo refinado con el dinamismo.


