
Esta ecuación, de solución aparentemente imposible, está encontrando una salida airosa escondida tras las siglas TFSI. El Audi A3, el modelo más pequeño que produce de momento la firma de los cuatro aros, muestra en Frankfurt la última variante de esta tecnología que primero combinaba la inyección directa con la sobrealimentación, pero que ahora le añade motores cada vez con menor cilindrada.

Se ha prestado también cuidada atención a minimizar las fricciones internas. Desde la lubricación entre los segmentos de los pistones con las paredes de los cilindros, hasta la distribución, confiada a 8 válvulas que se abren y cierran mediante un único árbol de levas movido por cadena desde un cigüeñal de aluminio.

El reducido desplazamiento tiene que ver también con la ligereza del conjunto motriz, cuyos 89,5 kg contribuyen a mejorar el reparto de pesos del A3 y, por consiguiente, su comportamiento.
A la venta durante el primer cuatrimestre de 2010, el A3 y el A3 Sportback estarán disponibles inicialmente con tracción delantera y cambio manual de 6 velocidades.