Por otro lado, están los que también necesitan un buen maletero pero no están dispuestos a sacrificar aspectos tales como el comportamiento dinámico y un diseño atractivo. La respuesta la dio la firma del óvalo con el S-Max.
Respecto a la versión corta, de línea más deportiva, el nuevo monocuerpo de Ford opone una orientación más funcional, aunque en ambas se ha buscado ofrecer el mismo talante dinámico que la marca ofrece en sus últimos productos.
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El interior de ambas versiones mantiene no oculta la vocación familiar de la gama, con un puesto de conducción idéntico en el que la postura natural es erguida, con la palanca del cambio y la consola central elevadas. Ésta sigue el estilo iniciado en el Fiesta, aunque en las versiones más altas los equipos de entretenimiento llevarán el sello de Sony, con un acabado negro brillante.
Los modelos que monten esta mecánica se identificarán por la nomenclatura SCTi (inyección turbo de carga secuencial) y la potencia estará escalonada entre los 150 CV y los 180 CV. Gracias a la introducción de las tecnologías mencionadas, se calcula que la reducción de consumos y emisiones es de cerca del 20% respecto a propulsores de la anterior generación de similar potencia.
También estará disponible la caja de cambios Powershift, una transmisión secuencial de 6 velocidades con doble embrague.
En cuanto su equipamiento, el Ford C-Max dispondrá de elementos como el aparcamiento semiautomático en paralelo, detección de ángulos muertos, portón trasero eléctrico, entre otros.
