Este sistema, al que la marca denomina Q-Drive, está pensado para proporcionar una conducción totalmente libre de emisiones durante 80 km cuando la batería de ion-litio se encuentra a plena carga, mientras que la autonomía se extiende hasta más de 480 km cuando se utiliza el motor de combustión, encargado de recargar el acumulador.
Esta eficiente combinación promete unas cifras de consumo medio de 3,5 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 83 g/km según la norma SAE de medición para vehículos híbridos conectables a la red eléctrica, lo que le sitúa en ese sentido a la altura del próximo Volkswagen Polo Bluemotion, equipado con un motor 1.2 TDI de 75 CV.
Tanto como su aceleración, que consigue parar el cronómetro en el 0 a 100 km/h en unos 6 segundos. La velocidad máxima, sin embargo, es bastante discreta para la potencia anunciada, con un tope situado en los 200 km/h.
