

Estos detalles cobran todo su sentido cuando uno lee las cifras oficiales anunciadas: 250 CV a 5.500 rpm suministrados por un motor 2.0 litros con un turbocompresor twin-scroll, que entrega asimismo 340 Nm de par a 3.000 rpm. Esta mecánica deriva directamente de la utilizada por su antecesor, el Mégane R26.R, al que se han realizado una serie de modificaciones que mejoran su potencia (ha ganado 20 CV) y permiten que disponga del 80% del par desde las 1.900 rpm. El nuevo Mégane transmite este poderío al suelo mediante una caja de cambios manual de 6 velocidades.

Si el anterior Mégane Renault Sport destacaba, entre otros aspectos, por su relación entre potencia y agilidad, es de esperar que sus rivales, como el Ford Focus ST, el Opel Astra OPC, el Seat León Cupra o el nuevo Mazda 3 MPS, tendrán que sudar tinta si quieren mantenerse a la altura de la nueva generación del rabioso compacto francés.