


La imagen exterior del vehículo es prácticamente idéntica a la de un Mini John Cooper Works. La única diferencia reside en la apertura del maletero, como es lógico al tratarse de un cabrio, que se realiza hacia abajo. Las barras antivuelco son escamotadas y sólo se activan en caso de que fuera necesario.

La capota eléctrica se puede accionar con el vehículo en marcha, a velocidades inferiores a 30 Km/h, y tarda 15 segundos en completar el proceso. También se puede activar a distancia mediante la llave y tiene una función corrediza, que permite abrir un hueco en la parte delantera del techo de 40 cm a velocidades inferiores a 120 Km/h.
Las medidas de seguridad pasiva del Mini son bastante completas, incluyen una jaula de seguridad para el habitáculo extremadamente rígida, zonas de deformación programada y airbags frontales y laterales integrados en los respaldos de los asientos delanteros. Los cinturones de seguridad de los delanteros tienen limitadores de fuerza y tensores optimizados. Todos los sistemas de retención se controlan a través de la unidad electrónica central de seguridad, a la que están conectados todos los sensores y que activa los sistemas en función del tipo y la fuerza del impacto.


El Mini John Cooper Works Cabrio se lanzará al mercado en el mes de marzo. El precio de venta en España será de 34.830 euros.
