
A simple vista, se puede observar que las ventanillas traseras han sido modificadas para darle un aire más deportivo. El Cx ha sido reducido hasta 0,31, con el objetivo de minimizar el consumo de combustible. Hay disponible un paquete llamado Sports Appearence, que viene de serie en el Sportive gasolina, compuesto por un paragolpes delantero deportivo, estribos laterales y alerón trasero. Con esto, Mazda intenta dotar al pequeño de sus coches con un aire más deportivo y juvenil.

La mecánica del coche está compuesta por tres propulsores gasolina y uno diesel con potencias que van desde 68 CV del motor diesel a los 103 CV de la versión gasolina más potente. Para todos ellos la caja de cambios seleccionada es manual de cinco marchas. Mazda ha hecho especial hincapié en reducir las emisiones contaminantes de su modelo que van desde los 114 g/Km de CO2 de la versión diesel a los 140 g/Km de CO2 de la versión gasolina más potente.
