Los cambios más importantes del exterior se reducen al frontal, que cuenta con nuevas ópticas que tienen luz diurna de serie, y una parrilla y parachoques rediseñados. Estas variaciones apenas alteran las dimensiones, que siguen siendo más compactas que las de rivales como el Nissan Tiida. También se han modificado las llantas, las barras para el techo y, más ligeramente, el paragolpes posterior, que ahora tiene luces integradas de tipo LED. En esta ocasión, además, se añade la identificación «Plus» en el portón trasero, de la que se había prescindido en la generación anterior.
Respecto al habitáculo, se mantienen intactas las cualidades de modularidad que lo distinguen de la berlina. Los asientos traseros, por ejemplo, pueden desplazarse 160 mm, con lo que se puede variar la capacidad del maletero, igual que sucede en el Seat Altea, mientras que el del acompañante es abatible en opción. El restyling se percibe en el diseño de las tapicerías y en la grafía de la instrumentación, tomados del último Golf. Los mandos del climatizador también han sido renovados, así como la colección de volantes.


Estos equipamientos pueden completarse con una larga lista de opcionales, entre los que destacan los faros bi-xenón con luz de giro, un paquete deportivo, radio-CD con conexión USB, manos libres, navegador, cámara de visión trasera, sistemas de ayuda al aparcamiento, el ACC (sistema de regulación automática de distancia), etc.
