Volkswagen Golf GTI, la piedra filosofal

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Si hay un fabricante generalista que ha sabido exprimir una fórmula ganadora, éste ha sido sin duda Volkswagen. Cuando nació el Golf en 1974, Volkswagen se estaba enfrentando al reto de sustituir al sempiterno Escarabajo con un formato que no era en absoluto revolucionario. Sin embargo, un poco por azar, un poco por cabezonería de algunos ingenieros rebeldes, en el Salón de Frankfurt se presentó una versión de tres puertas con aditamentos deportivos y, lo más importante, un motor de 1.600 cc que gracias a la inyección puso el nombre que actualmente todo el mundo asocia a la deportividad asequible: GTI.

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Hoy estamos ante una nueva edición del Golf GTI, y van seis. La filosofía permanece invariable respecto a la primera generación y mantiene los valores que ya se recuperaron en el Golf V. Así pues, el nuevo deportivo de la familia de compactos de Wolfsburg tiene una línea que le distingue claramente del resto de la gama, con un parachoques delantero, parrilla e interior de los faros completamente nuevos. Por supuesto, el emblema GTI luce a un lado del logo de VW. Las estriberas laterales negras, ya vistas en el anterior, se mantienen, aunque con una forma más discreta para que no resten protagonismo a las llantas de 17″ de serie con el típico diseño de 5 orificios en forma de ‘U’ en color plata, que pasan a ser pintados en negro piano en las espectaculares ruedas de 18″. La vista trasera presenta, por primera vez en el GTI, dos salidas de escape enmarcadas por un parachoques de nuevo diseño y un difusor inferior. El spoiler permite, además, mejorar el comportamiento de este deportivo a alta velocidad.

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El protagonista de cualquier GTI que se precie ha de ser el motor. En este caso, se parte de la probada base del anterior TSI de 1.984 cc, al que se ha dotado de diversas mejoras que elevan su potencia hasta los 210 CV y su par motor a los 280 Nm entre 1.700 y 5.200 rpm. Cuenta con nuevos pistones (la compresión es de 9,6:1) y segmentos, bomba de aceite regulada, nueva bomba de vacío, bomba de gasolina a presión y un nuevo caudalímetro. Gracias a ello no sólo es más potente, sino que además consume menos que el anterior, con una media ponderada de 7,3 litros a los 100 km, contra los 8,0 l/100 km declarados antes.

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Sin embargo, el argumento de compra de este emocional automóvil llegará más por las prestaciones, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y de 0 a 1.000 metros en 27,3 segundos hasta llegar a los 240 km/h de velocidad punta. El cambio DSG de 6 velocidades será una de las opciones más recomendables, ya que las diferencias de prestaciones y consumos son prácticamente marginales y, si su funcionamiento es tan acertado como en el Golf V, asegurará sensaciones tan o más deportivas como el manual.

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Para sujetar este nivel de prestaciones se ha dotado al bastidor de una configuración específica, en la que el Sistema de Suspensión Adaptativa Electrónica ‘DCC’ opcional, ya conocido en el Scirocco o en el Passat CC, tiene mucho que decir, ya que permite aunar las ventajas de una suspensión estándar con las de una radicalmente deportiva. La altura del chasis se ha rebajado 22 mm y 15 mm detrás y la definición del McPherson delantero y del multibrazo trasero cuenta con cotas y ajustes de suspensión específicos. Gracias a ello, el ESP se convierte en un convidado de piedra, mientras que el nuevo diferencial electrónico de deslizamiento limitado ‘XDS’ permitirá alcanzar nuevos niveles de dinamismo en el compacto alemán.

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Entre otros equipamientos que se podrán incluir en el nuevo Golf GTI están el Control de Velocidad de Crucero Adaptable ‘ACC’, capaz de adecuar la velocidad del coche en función de las condiciones de tráfico, o la segunda generación del Park Assist, que permite aparcar prácticamente solo. Los faros bixenón serán de serie en el mercado español.

El interior, por su parte, incluye multitud de detalles que no dejan lugar a dudas del sello de ese modelo. Pedales y pomo del cambio de aluminio, volante de cuero con el emblema GTI, asientos de cuero «Viena» opcionales, así como inserciones negras en puertas y salpicadero destacan la deportividad del nuevo estandarte de Volkswagen.