Prueba realizada por Gaby Esono

Por el otro, cualquier conductor más o menos bien informado tendrá derecho a hacerse la pregunta de si realmente hay una diferencia de calidad tan grande entre un Audi A3 Sedan y un Skoda Octavia como la que señalan sus respectivos listados de PVP. A mí cuando me preguntan, la respuesta estándar que me suele salir es que es que depende de hacia donde quieras mirar.

Y en esas estaba uno pensando cuando llamé a SEAT. Después de la presentación del León, necesitaba quedarme a solas unos días con él para ver si habían sido capaces, de verdad de la buena, de superarse a sí mismos y alcanzar, tal vez, al sempiterno ‘primo’ alemán.




El comportamiento de este coche, equipado con el motor 2.0 TDI de 150 CV, es de 9,0 (el punto que queda hasta el 10 lo dejo a la espera de probar un FR). Con el acabado Style, las suspensiones son lo suficientemente cómodas como para no temblar en cada resalte, pero una vez en carretera la firmeza con que sujetan la carrocería del León SC mantienen al compacto de Martorell en el tope del segmento en cuanto a comportamiento. La dirección, para mi gusto, está demasiado asistida, pero eso no significa que no transmita perfectamente lo que ocurre a nuestros pies y, sobre todo, es muy directa y precisa. Si tienes las manos correctamente puestas sobre el volante y tu índice señala bien el vértice de la curva, no te preocupes que allí irá el León, encantado de enlazar una tras otra hasta que te canses, porque él no lo hará.




Pero como eso es una cuestión de gustos, que cada uno cargue con los suyos. Yo con lo que me quedo es que ahora cuando te sientas al volante, lo que encuentras es un coche con más empaque. El sistema de “infotenimiento” con pantalla táctil (ahora dentro del campo de visión) ayuda mucho a tener esa impresión, sobre todo con el navegador opcional (641,30 €), aunque el manejo de éste es un poco lento.
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El maletero, con 380 litros de capacidad, gana nada menos que 39 litros, aunque queda lejos de la cueva que Citroën ha puesto detrás del C4 (408 litros). Aunque se trata de un volumen más que aceptable, lo que sigue pareciéndome un paso atrás (cada vez más generalizado, por otra parte) es que cuando se pliegan los asientos traseros no quede una superficie diáfana, más todavía cuando se ha desarrollado una plataforma completamente nueva en la que, por lo visto, este detalle ha sido descartado o, por lo menos, se ha dejado para la variante familiar.
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Es un poco intrusivo, pero te acabas acostumbrando y, además, es uno de esos detalles que uno suele enseñar orgulloso a sus amigos al poco de estrenar el coche. Y eso también cuenta.
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Bueno sí, puedes apuntar hacia el FR (cuesta 26.360 euros), pero entonces estamos hablando de otro tipo de coche. Esto ya te lo cuento otro día.
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