Prueba realizada por Gaby Esono
Dicen que lo que distingue a los ricos de la gente que de verdad tiene dinero es que a éstos últimos no se les nota su condición. Mejor dicho, que en su porte y en sus formas no hay ostentación de ello. Salvando las distancias, se podría decir que a un Mercedes-Benz Clase S le ocurre algo por el estilo.



Habrá fabricantes que ofrezcan un lujo más exótico. Otras marcas, por su parte, tiran de tradición centenaria para justificar unas formas de hacer coches más artesanal, propia de otro siglo. Pero cuando se trata de reunir en un mismo vehículo todo lo que a uno se le ocurre que un coche puede tener hoy en día, la primera referencia que viene a la cabeza suele lucir una estrella sobre el capó.

Eso no ha cambiado en absoluto en esta generación del Mercedes-Benz Clase S, que sí presenta sin embargo una novedad de concepto significativa. Por primera vez, en su desarrollo se ha partido de la plataforma larga, en lugar de comenzar por la estándar y diseñar una carrocería alargada posteriormente.

La corta –es un decir…-, con 5.116 mm de largo (apenas 3 cm menos que la anterior larga) y 3.035 mm de distancia entre ejes, debería tener mayor demanda en Europa.


¿Cómo se puede valorar el comportamiento de un coche como el Mercedes-Benz Clase S? Desde luego, no como se suelen analizar la mayoría.



De hecho, la marca declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos. Sí, esta mole de más de 1.995 kg de peso (a pesar de su carrocería híbrida de aluminio) es capaz de moverse, en línea recta, con la rapidez de un muy buen deportivo, pero necesitarás un cronómetro para percibirlo.

Sólo pisando muy a fondo el acelerador tienes la impresión de que están pasando cosas a tu alrededor.

El aislamiento es tal, que incluso parece que hayan conseguido hacer desaparecer las inercias. Hasta cierto punto, porque incluso cuando el sistema detecta que tiene que endurecer la suspensión, la suavidad y la capacidad de absorber las irregularidades sigue siendo una prioridad y, por lo tanto, ágil, lo que se dice ágil, no se puede decir que el Clase S lo sea.
En cualquier caso, conducir un coche así es una experiencia diferente porque en ninguno de los que he probado hasta ahora en Cochesafondo (ni siquiera el BMW 730d, lo más parecido a la limusina de Stuttgart) he percibido tanta separación entre el asfalto y el volante.
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La gente de Mercedes-Benz asegura que hasta que no te sientas en un Clase S no sabes lo que es. No te dicen, en cambio, que el cliente que pague por todos los adelantos tecnológicos que aglutina el Mercedes-Benz Clase S, no será consciente de que los está disfrutando.


Y es que de lo que se trata en un coche de este tipo es de que te lleven con el máximo confort imaginable, algo que en el Clase S se consigue con creces.
Apenas hay más sonido que el del equipo de sonido o el de la conversación de los ocupantes; el motor está tan aislado que, cuando lo oyes, crees que es el de otro coche, lo cual es imposible, porque los sonidos externos –especialmente los aerodinámicos y los de rodadura- están también muy bien filtrados.
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A eso añádele todo el espacio que puedas necesitar, por alto que seas, o que los asientos (laterales) se pueden regular y climatizar a gusto de cada uno. Entonces puede que llegue un momento, aunque sea cortito, en el que pienses que podrías dejar que condujeran otros.
[/tab] [tab name=’Conclusión’]En Mercedes-Benz se marcaron como objetivo a la hora de idear esta generación del Clase S (y seguramente también en las anteriores…) crear el mejor automóvil del mundo. Ahí es nada.

Normalmente este tipo de afirmaciones me suelen despertar bastante escepticismo porque, ¿cómo se mide ‘el mejor’? Reformulo la pregunta: ¿Cómo se puede saber que un coche es el más lujoso, o el más refinado, o el más seguro?
Por muchos criterios objetivos que se inventen, dudo mucho que haya forma de evitar que la subjetividad tenga un peso significativo a la hora de juzgar una berlina con este empaque.

Tal vez no se pueda saber si es el mejor coche del mundo pero, de haber alguno, éste sería sin duda uno de los elegidos.
| Versiones | Precios |
| Mercedes-Benz Clase S 400 Hybrid | 99.900 € |
| Mercedes-Benz Clase S 400 Hybrid L | 102.100 € |
| Mercedes-Benz Clase S 500 Plug-In Hybrid L | 112.200 € |
| Mercedes-Benz Clase S 500 | 122.900 € |
| Mercedes-Benz Clase S 500 L | 125.875 € |
| Mercedes-Benz Clase S 500 4Matic | 135.350 € |
| Mercedes-Benz Clase S 500 4Matic L | 138.525 € |
| Mercedes-Benz Clase S 600 L | 188.700 € |
| Mercedes-Benz Clase S 63 AMG | 176.550 € |
| Mercedes-Benz Clase S 63 AMG 4M L | 184.500 € |
| Mercedes-Benz Clase S 65 AMG L | 266.900 € |
| Mercedes-Benz Clase S 300 BlueTEC Hybrid | 90.360 € |
| Mercedes-Benz Clase S 300 BlueTEC Hybrid L | 91.560 € |
| Mercedes-Benz Clase S 350 BlueTEC | 92.550 € |
| Mercedes-Benz Clase S 350 BlueTEC L | 93.950 € |
| Mercedes-Benz Clase S 350 BlueTEC 4Matic | 97.400 € |
| Mercedes-Benz Clase S 350 BlueTEC 4Matic L | 98.300 € |





