Su principal novedad es que, a diferencia de los modelos híbridos, el i-MiEV carece de motor de combustión interna. Las baterías utilizadas son de Ion-Litio y se alojan en el hueco donde iría el depósito de combustible.
En el cuadro de mandos, el conductor puede observar en todo momento, mediante un contador habilitado al efecto, si el coche está consumiendo energía o recargándose. El vehículo se recarga cuando se encuentra en movimiento en frenadas suaves o cuando levantamos el pie del acelerador, como un Toyota Prius o un Opel Ampera.


