BMW X1, explorando conceptos

Munich (Alemania).- Si un rasgo está caracterizando en los últimos tiempos a una marca tan tradicional como BMW, es su apuesta por conceptos inexplorados por sus más encarnizados rivales, Audi y Mercedes-Benz.

Si el Mini todavía no ha tenido una respuesta clara y el X3 tardó lo suyo en encontrar competidores a su altura, ahora le llega el turno al X1, un nuevo SAV (Sport Activity Vehicle, que es como BMW llama a sus SUV) que por tamaño se puede comparar con los SUV de marcas generalistas.

Tanto el Ford Kuga como el Volkswagen Tiguan, Renault Koleos u Opel Antara (también el Chevrolet Captiva) mantienen unas proporciones similares.

Frente a ellos el fabricante bávaro sin duda ha querido imprimir el sello de marca premium.

La selección inicial de motores ya da una muestra de ello, con el BMW X1 xDrive28i como punta de lanza. Este modelo con tracción total inteligente cuenta con un motor atmosférico de gasolina de seis cilindros en línea, como no podía ser de otra manera, con sistema de alzado de válvulas variable Valvetronic y distribución Doble-Vanos, que alcanza una potencia de 258 CV a 6.600 rpm y un par motor de 310 Nm entre 2.600 y 3.000 rpm. Sus cifras de consumo y emisiones son 9,4 l/100 km y 219 gr. de CO2 por km respectivamente. Lo que más impresiona de este motor, sin embargo, son las prestaciones, porque es capaz de acelerar sus 2.180 kg de peso de 0 a 100 km/h en apenas 6,8 segundos. Alcanza, asimismo, una velocidad punta de 205 km/h, que puede llegar hasta los 230 km/h con el reglaje especial para altas velocidades.

Las otras opciones disponibles son tres diésel que parten del mismo bloque de 4 cilindros y 1.995 cc, que se combina con turbocompresor de geometría variable e inyección directa mediante common-rail, y entregan 204, 177 y 143 CV.

El primero de ellos corresponde al X1 xDrive23d, con 400 Nm de par entre 2.000 y 2.250 rpm y un consumo de 6,3 l/100 km. Acelera de 0 a 100 en 7,3 segundos y llega hasta los 205 km/h (223 km/h con el reglaje especial).

El motor diésel intermedio dispone de un par de 350 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm. Ahora bien, sus prestaciones y consumos varían según se elija la tracción total del xDrive20d o bien se opte por el tracción trasera, el sDRive20d. Este último consume 5,3 l de gasoil a los 100 (0,5 l más que el 4×4) y logra el 0-100 km/h en 8,1 segundos (8,4 s el xDrive).

Algo similar ocurre con el más modesto de la gama, que dispone de un par máximo de 320 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm. Según sea el xDrive18d o el sDrive18d arroja unas cifras de aceleración de 10,1 o 9,6 segundos en el 0-100 km/h, respectivamente, mientras que el consumo de 5,7 l/100 km del primero se reduce 0,5 l en la versión propulsada. Ésta, además, emite 136 gr de CO2 por km, por los 150 gr/km del tracción total.

Todas las versiones pasan la normativa Euro5. Los dos motores más potentes van asociados a sendos cambios automáticos de 6 relaciones. En las variantes 20d, en cambio, se puede elegir entre automático y manual, mientras que los 18d sólo están disponibles con esta última transmisión, siempre con 6 velocidades.

El habitáculo destila el típico carácter sobrio de las creaciones del fabricante alemán, con un salpicadero de líneas suaves y fluidas, con escasa profusión de botones. En el caso de solicitarse el navegador, se incluye en la consola central el mando iDrive de última generación, con teclas de acceso directo. Equipos como el climatizador de serie se complementan con una amplia variedad de opciones disponibles, como los sistemas de sonido de alta fidelidad, así como múltiples sistemas de asistencia al conductor, llantas de diferentes tamaños y diseños, etc.