BMW le pone pimienta al Serie 7

 

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Antes de empezar a hablar sobre todas las virtudes que BMW le atribuye a su buque insignia recién remodelado, nos gustaría hacer un pequeño comentario: el coche más lujoso que hemos tenido la ocasión de probar en Cochesafondo es precisamente el BMW Serie 7; en concreto el sorprendentemente dinámico 730d.

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Por eso, a pesar de que en los diferentes salones a los que hemos acudido hemos podido tocar y percibir con calma dónde radica la calidad y el esmero por el detalle del que presumen coches como el Mercedes-Benz Clase S o diversos Bentley y Rolls-Royce, nuestra referencia de partida es normalmente el modelo bávaro.

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Por eso, después de recordar lo cerca de la perfección que nos pareció que se encontraba la berlina de representación de la marca de Múnich, no podemos dejar de preguntarnos cómo es posible mejorarlo.

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Pues, hasta que volvamos a tener uno, no queda otra que ceñirse al comunicado emitido por BMW, en el que mencionan el rediseño de los asientos delanteros, con mejor sujeción lateral, las mejoras realizadas en el aislamiento acústico,

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un nuevo equipo opcional Rear Seat Entertaintment, con pantalla de 9,2 pulgadas o el equipo de sonido Bang & Olufsen High End Surround Sound System de 1.600 vatios y 16 altavoces, uno de ellos iluminado y escamoteable en el centro del salpicadero.
Más detalles pensados para el conductor: el cuadro de instrumentos con tecnología Black Panel, con pantalla de 10,25 pulgadas, ofrece información personalizada según las preferencias del conductor, mientras que la pantalla central ha sido optimizada y ofrece representación gráfica en 3D.

 

Los motores de gasolina

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La oferta de motores sigue estando encabezada por el V12 de 5.972 cc del 760i. Equipado con la tecnología TwinPower Turbo, regulación variable de los árboles de levas doble Vanos e inyección directa de gasolina, entrega al eje trasero 544 CV de potencia a 5.250 rpm y 750 Nm de par motor, está disponible entre las 1.500 rpm y las 5.000 rpm.

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Para el BMW 750i y el 750iX se ha mejorado el V8 biturbo de 4,4 litros de cilindrada que ahora eroga 450 CV y 650 Nm, un 10% más que su predecesor, y se le ha acoplado la nueva caja de cambios automática de 8 relaciones, ahora de serie en toda la gama.

La versión de gasolina más accesible, el 740i, incorpora el motor 3.0 de 6 cilindros en línea que hemos probado en el BMW 535i Touring y en el BMW 135i Coupé, pero en una variante potenciada hasta los 320 CV gracias a que combina, como el V12, la tecnología BMW TwinPower Turbo (pero con turbo Twin Scroll), con inyección directa y doble Vanos, además de la regulación plenamente variable de las válvulas Valvetronic.

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Este mismo propulsor es la base del nuevo BMW ActiveHybrid 7, la versión híbrida del buque insignia de Múnich, en lugar del V8 que montaba hasta ahora. La ayuda del motor eléctrico de 55 CV alimentado por una batería de ión-litio suponen un incremento hasta los 354 CV de potencia y 500 Nm de par respecto al 740i (el anterior ActiveHybrid 7 entregaba 465 CV), y a cambio requiere un 14% menos de combustible.

 

Variedad diésel

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La necesidad de reducir cilindradas para mejorar las cifras de consumos y emisiones ha tenido especial repercusión en la gama de bloques diésel de BMW, en la que el poderoso V8 ha dejado sitio al nuevo motor de 6 cilindros en línea del 750d xDrive. Los 381 CV y 740 Nm que emanan de sus 3.000 cc de desplazamiento permiten a esta variante presumir de unas prestaciones equivalentes a su homólogo de gasolina, y marcan una clara distancia con el 740d, que de la misma base mecánica con TwinPower Turbo entrega unos muy respetables 313 CV y 630 Nm, 5 CV y 30 Nm más que el modelo al que sustituye.

Por debajo, el 730d también ha visto mejorado su rendimiento, que sube de 245 a 258 CV de potencia y de 540 a 560 Nm de fuerza.

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